
El herpes es generalmente contraído por contacto directo de piel a piel con el área infectada, como por ejemplo a través de un beso. Es considerado contagioso hasta que la piel esté totalmente curada, pero hay una mayor probabilidad en el momento en que la ampolla ha brotado y empieza a echar líquido ya que es en el líquido donde se almacenan las partículas del virus.
El período usual de incubación del virus es de 2 a 12 días después de la primera exposición al virus, una vez infectado con el herpes permanece latente en el cuerpo pero existen muchos factores que pueden volverlo activo, por ejemplo: el ciclo menstrual, el embarazo, el consumo excesivo de alcohol, el estres, la fiebre...aunque el que parece estar más relacionado es que el sistema inmunológico esté debilitado.
El herpes labial puede confundirse con úlceras dolorosas que se producen en el labio o la mucosa oral. Estas ulceraciones son causadas por estres agudo, alergia o reacciones a algunas bacterias. La diferencia entre ambas es que el herpes es contagioso y las ulceraciones no.
Un dato interesante es que a pesar de que una persona haya sido infectada por el virus herpes esta no necesariamente ha de presentar una erupción. Esto es porque el sistema inmunológico de algunas personas tiene la habilidad de suprimir el virus completamente.